JARDÍN DE NIÑOS MARGARITA MAZA DE JUÁREZ
SABINITO, RAYÓN, S.L.P
EDUCADORA. ALEJANDRA MARGARITA MORENO
HUERTA
Durante este ciclo escolar
2016-2017 atiendo el grupo de 2do (8 alumnos) y 3ro (7 alumnos), el cual cuenta con una totalidad
de 15 alumnos, mismos que demuestran habilidades y aprendizajes desarrollados
de acuerdo a su edad, así como actitud y gusto hacia el trabajo.
Dentro de esta diversidad del
alumnado atendí la problemática de José Luis un niño de segundo grado el cual
cuenta con 5 años actualmente; mismo que era un alumno de bajo desempeño en el
ámbito escolar pues tras haber cursado
un primer año aun no identificaba su nombre, no identificaba los números, no
establecía relaciones pro-sociales ni dialogo con sus compañeros o conmigo.
Tras ver esta situación realmente
alarmante, comencé a intervenir primeramente al realizar un diagnóstico en base
a entrevistas con su mamá, para comenzar a conocer otros factores derivados
sobre todo el contexto familiar que pudiese estar repercutiendo en este proceso
de enseñanza- aprendizaje.
Durante esta acción percibí muchos
factores como que José Luis vivía en una situación de violencia intrafamiliar,
que era una familia de escasos recursos, que el niño se encontraba en un estado
de desnutrición; así como que el alumno trabajaba para apoyar a sus padres en
la cosecha de chile.
Al percatarme de toda esta
situación y ver desde la actitud de resilencia al ingresar llorando al jardín
de niños, al no hablar y al agredir a sus compañeros; comencé mi plan de acción
para poder llevar a cabo el seguimiento de desarrollo progresivo del alumno.
Comencé por atender su lado
socio-afectivo al llegar al preescolar, siempre lo saludaba, y lo hacía entrar
en confianza; de manera permanente trabaje la actividad para iniciar bien del
día de los abrazos, con la finalidad de que se empezara a interrelacionar con
todos su compañeros y de esta manera logre que llegara al jardín de niños sin
llorar.
Aunque busque el apoyo mediante
solicitudes al DIF de la cabecera del municipio de Rayón para atender el caso de violencia y así
mismo nos brindaran apoyo psicológico de José Luis, nunca se obtuvo respuesta;
hasta el tercer caso de violencia donde desafortunadamente la señora decidió
otorgar el perdón, motivo por lo cual el DIF denegó totalmente el apoyo.
Tras esta intervención externa,
decidí trabajarlo desde las jornadas escolares, así que para favorecer su
autoestima e involucrarlo en clases comencé a implementar estrategias como:
Ponerlo de monitor al repartir
material, que el dijera las consignas, al formar binas o equipo yo me integraba
con él en el trabajo para estarle
repitiendo de manera constante las consignas para que las atendiera.
Otro aspecto importante fue que desde
la planificación de mis actividades adecue mis intervenciones así como el grado
de complejidad de las actividades; así mismo involucre a la madre de familia
mediante un taller a que realizara una mochila de estudio con material
innovador para que en base a el juego se trabajaran saberes de lenguaje y
comunicación y pensamiento matemático en los círculos de estudio que programe 2
veces por semana después de clases.
De esta manera reconozco que aunque
no fue fácil mi intervención y llevar el caso de José Luis, me mantiene
satisfecha los logros que ha tenido mediante, las estrategias, los aprendizajes
esperados y situaciones de trabajo propuestas; pues bien aunque no ha avanzado
al nivel de sus demás compañeros y en un proceso grande, se perciben sus avances
desde el ámbito socio-emocional hasta el cognitivo, dejando con esto en claro
que una buena y oportuna intervención hace el cambio del proceso
aprendizaje-enseñanza en los alumnos de cada aula, y que nosotros como docentes debemos de hacer lo que nos corresponsa y no rendirnos si no nos funciona una estrategia buscar nuevas que nos ayuden en el progreso continuo.
Hola Margarita, sigo los comentarios y publicaciones de tu Blog.
ResponderEliminarSaludos.
Dr. Gustavo Ibarra Hurtado